Cerro Porteño, sin exhibir un fútbol exuberante frente a Guaireña, ganó de manera cómoda su partido para ubicarse arriba de todos en el incipiente campeonato Apertura del futbol paraguayo.
El partido no fue fácil para los visitantes que tuvieron que sudar bastante para hacerse de su cuarta victoria consecutiva y mantener por segunda vez seguida su arco invicto, en el pórtico de los azulgranas reapareció Jean Fernandes, que no trabajo mucho, pero tuvo dos tapadas fundamentales para demostrar que se merece la titularidad en detrimento de Rodrigo Muñoz.
Sin duda alguna, que en un equipo de fútbol con varias estrellas, obliga a todos a correr y a jugar para no perder el puesto, es por eso que en el Parque del Guairá no todos brillaron en el Ciclón, pero todos corrieron bastante. En la defensa brillo un extraordinario Alexis Duarte; en cambio, Juan Patiño sufrió las consecuencias de la larga inactividad, en el mediocampo se le perdió el faro al colombiano Rafael Carrascal y no alumbró como en otras jornadas, el mal estado del campo de juego perjudicó a un exquisito del balón como es el “Parcero”, ni Claudio Aquino fue el influyente delantero de otras fechas, un jugador que no brilla, pero es el hombre táctico del técnico Francisco Arce fue Enzo Giménez, que corrió muchísimo sobre el irregular pasto del gramado guaireño.
Sin embargo, donde el equipo de la Capital del Sentimiento está marcando gran diferencia sobre los otros clubes es en la delantera, con Alfio Oviedo y Robert Morales, esta vez no marcó el ypacaraiense, pero sí lo hizo el concepcionero y en dos ocasiones, el primero a los 16′ minutos del primer tiempo con un frentazo demoledor y el segundo a los 15′ de la segunda fracción, tras recibir un pase milimétrico de Ángel Cardozo Lucena, donde eludió con facilidad al arquero Rubén Escobar y definió con enorme categoría desde un ángulo muy cerrado.
Por último, el boliviano Marcelo Moreno Martins, se exhibió en los últimos 10′ minutos de juego, y en la agonía del partido casi tuvo su momento de gloria con la casaca de barrio Obrero, un cabezazo suyo salió lamiendo el parante derecho de un entregado Escobar que quedó mirando el lance sin poder hacer absolutamente nada para felicidad de él y de los guaireños.