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Con un pésimo arbitraje, Cerro Porteño ganó con merecimiento

Con un pésimo arbitraje, Cerro Porteño ganó con merecimiento.

Por la jornada 12 del campeonato Apertura, el equipo de Facundo Sava se impuso al Sportivo Ameliano y a los grandes errores arbitrales, exprofeso o no, el marcador final fue de 1-2, en el estadio Defensores del Chaco.

El ciclón, capitaneado por Diego Churin, fue superior en largos pasajes del encuentro frente al equipo de Humberto García, principalmente desde que promedio la primera etapa; los goles visitantes fueron obra del colombiano Rafael Carrascal, de buena gestión, y del esteño Brahian Samudio, el descuento del local fue obra de Giovanni Bogado, de penal, ya en las postrimerías del lance.

Sin embargo, los grandes protagonista del encuentro no fueron los jugadores, sino el arbitro Giancarlos Juliadoza, puesto que en los albores del juego el soplapitos le negó dos evidentes tiros de esquina al conjunto visitante, amonesto injustamente al portero Jean Fernandes y expulsó, ya estando afuera del campo de juego, al goleador del ciclón Diego Churin, por algo que desde la cancha no supo explicar para jalonar su actuación plagada de errores.

Con relación a la polémica expulsión del capitán, en conferencia de prensa el DT azulgrana habló sobre lo sucedido y, según las declaraciones, no encontró la razón de la doble amarilla de su mejor jugador y le pareció todo «tan raro»; el soberbio árbitro habría dicho a Churín que no lo mire de manera rara y por eso lo expulsó, según el adiestrador rioplatense. «Le dije ‘háblale bien’ y le amonestó, luego le digo ‘no me hables así’ y le volvió a amonestar, Diego estaba hablando de manera tranquila, luego le dijo que no lo mire raro y lo amonestó. La verdad todo muy raro», manifestó un sorprendido Sava.

Por otro lado, el conjunto azulgrana tiene un raro drama a solucionar, ya que siendo absolutamente superior a su rival no llega a cerrar el partido con una buena cantidad de goles, en la fecha pasada sucedió lo mismo con Tacuary, donde el triunfo fue por un escuálido 1 a 0, cuando, según lo demostrado, los azulgranas debían de golear.

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