La decisión del Tribunal Disciplinario de la APF de prohibir el ingreso de los hinchas del ciclón en los próximos tres partidos organizados por la APF debe ser atacado de inconstitucional, no es necesario ser lego en materia jurídica para entender semejante despropósito, ya que metieron a todos los cerristas de «bien o de mal» como delincuentes, llamaron a todos de criminales aun a los que vieron el partido desde sus casa; inexplicable y estúpida decisión de un tribunal deportivo que es más riguroso y erróneo que de las grandes dictaduras que dominaron el mundo a través de todos los tiempos.
La pena impuesta a gente que quizás estaba durmiendo en la paz de su hogar a la hora del partido es más rigurosa que un tribunal en tiempos de guerra, aun en los campos de combate primero se le escucha al probable delincuente y después se les lee su sentencia, estos jueces que aplicaron una desatinada sentencia no entienden el derecho de que cada ser tiene que ser oído para después ser comunicado de la decisión de la justicia, es lo que se estila en cualquier tribunal del mundo; sin embargo, en el Tribunal Disciplinario de la APF se hizo trizas del derecho del ciudadano seguidor de Cerro Porteño. La propia Corte Suprema de Justicia del país no aplica una sentencia sin haber llamado al delincuente y explicarle el motivo de su sentencia; por lo tanto, el Tribunal Disciplinario de la APF se abroga aún más superioridad que la máxima instancia judicial de la República del Paraguay.
Este imberbe Tribunal Disciplinario se comportó como cualquier salvaje y salió a las calles con una hoz en la mano y probablemente con mucho odio en su corazón y repartió castigo sin mirar a tirios o troyanos, a cerristas y no cerristas (el castigo afecta a todos los hinchas, en la práctica), salió como una caballería de los tiempos de la barbarie y la oscuridad y atacó a todos sin distinción.
Fueron prohibidos los dueños de palcos, que pagan millones para tenerlos, fueron prohibidos socios vitalicios, la mayoría de ellos ya no van solos a los estadios a raíz de la edad, fueron prohibidas mujeres de avanzada edad seguidoras de la poderosa institución, fueron prohibidos los niños. En los sucesivos partidos del ciclón no podrán entrar los hinchas del club que estuvieron viendo el partido en el extranjero, o en la lejana Bahía Negra o en la Fronteriza Pedro Juan Caballero, estos integrantes del tribunal disciplinario no saben que hay gentes en el interior del país que organizan grupos y van como un tour para ver al ciclón en su majestuosa olla monumental, no podrán ir en los próximos partidos porque fueron declarados delincuentes del deporte por un tribunal arbitrario, prepotente y como mínimo obtuso, que no escucha razones legales o de lógica.
Si el Tribunal Disciplinario quieren limpiar el fútbol paraguayo y terminar la violencia en los estadios, deberían individualizar a cada uno de los que han cometido hechos vandálicos en la cancha o en las adyacencias del estadio del Club Libertad, suspenderlo por una década quizás o más tiempo, ellos sabrán, para eso están ahí, para aplicar una ley equilibrada y conforme a derecho castigar a los que duplicaron o triplicaron las boletas de entrada, porque eso fue aparentemente el polvorín que hizo estallar todo el caos el domingo pasado. Por último, presentar todos los antecedentes del caso a la fiscalía para que de una vez por todas termine la violencia en los estadios.
Señores magistrados, con todo el respeto que se merecen, revean la decisión porque esta errada; a propósito, como hincha del equipo azulgrana, también estoy suspendido para asistir al coloso de barrio Obrero y paradójicamente no fui a la cancha. Por favor, ¿cuál es el delito mío? Me siento raro, como que perseguido por una Gestapo moderna, no cometí delito alguno; sin embargo, estoy sentenciado.