Los últimos partidos del equipo, principalmente en Copa Libertadores de América, dejó preocupada al extremo a la hinchada Azulgrana, el rendimiento de algunos futbolistas en campo hace un tiempo bastante prolongado, va cuesta abajo, qué pasó con aquellos atletas que imponían respeto ante los rivales, contra los palmeirenses fue un rotundo y soberano fracaso la producción de varios de ellos.
En el arco continua muy seguro Jean Fernandes, Alberto Espínola, no marcó ni atacó, hace tanto tiempo que el exseleccionado nacional no rinde lo que debe, desde la salida de Santiago Arzamendia, que bien o mal siempre anduvo mejor que Alan Rodríguez, Daniel Rivas y Luis Vargas; el equipo necesita un lateral izquierdo de manera urgente, los dos centrales demostraron un gran amor propio, pero no bastó con eso, ni Juan Patiño ni Williams Riveros estuvieron para al menos contener el aluvión llamado Palmeiras.
El medio sector careció de todo, el único que intento algo de contención fue Robert Piris Da Motta, no así Rafael Carrascal, que después de su firma de continuidad es un fantasma dentro del campo de juego, tiene nombre, pero no se le ve por ningún lado, no marca ni construye, su sueño era llegar a la copa del mundo, quizás la eliminación de la selección cafetera lo afecto en demasía, Claudio Aquino es el que más ha perdido protagonismo, ya venía en baja cuando malogró el penal ante Olimpia, desde esa noche negra jamás recuperó su nivel, Antonio Galeano, que llego con fama de gran volante mixto, ante Palmeiras intento algo; sin embargo, rápidamente se perdió en campo.
Braian Samudio amaga, mas no llega aún, tuvo la desgracia del gol en contra que lo afectó quizás emocionalmente; Marcelo Moreno Martins hasta ahora es un fracaso, es cierto que casi ni le llegan balones, pero cuando tiene no los hace productivos, le cuesta el giro, por ejemplo.
Por último, la mayor duda queda sobre el cuerpo de preparadores físicos y el técnico Francisco Arce, del primero se duda de su capacidad profesional, puesto que el equipo aguanta bien la primera etapa, no así la segunda, del estratega que no impone mano dura y que es sobre protector hacia sus atletas.
El hincha se pregunta si reaparecerá el talento de algunos jugadores y si el técnico volverá a enderezar una embarcación que hace agua por todos lados, el tiempo, juez invisible, pero certero lo dirá, por ahora solo le queda tratar de deglutir la amarga realidad, pero tener esperanza una vez más a un equipo que tiene a varios jugadores que parece no entiende su responsabilidad enorme ante la grandeza del club más importante del Paraguay.
