Cerro Porteño ha tomado una medida muy fuerte contra algunos jugadores, habitualmente titulares, tras la catastrófica jornada debut ante el irregular elenco de Guaireña, cuyo máximo sueño es permanecer en primera división el año próximo.
La comisión directiva, encabezada por el cuestionado Juan José Zapag, ha escuchado el clamor de la poderosa y muy enojada hinchada y separó de manera extraoficial a cinco jugadores, la medida, esperada por los hinchas, no deja de llamar la atención, pues de los apartados cuatro son defensores y uno de ellos es el capitán, Juan Patiño, además del pirayuense están con el mismo rigor Alberto Espínola, Daniel Rivas, Gabriel Báez y el volante Antonio Galeano, que vino como estrella del São Paulo, Brasil, pero jamás respondió a la enorme expectativa puestas en él.
Analizando el caso de cada uno de los sancionados lo de Patiño es lo más difícil de explicar, el capitán no es aquel que comenzó su complicado periplo en el ciclón, pero es de lo mejorcito que tiene el plantel en la zona defensiva, es inexplicables su salida, puesto que el equipo de barrio Obrero padece las de Caín en el medio de la zaga central, su caso sería por otras cuestiones «extra futbolísticas» o quizás sus permanentes lesiones que a estas alturas ya son crónicas en el experimentado defensor.
En cambio, la salida del argentino Gabriel Báez del plantel principal se justifica por los permanentes equivocaciones que comete cada ciertos partidos, sus errores son increíblemente infantiles y suceden cada cierto partido como en el supuesto penal ante Guaireña, sancionado por el riguroso Carlos Paul Benítez, que no vio un penal claro contra Claudio Aquino en los últimos estertores del primer tiempo.
Por otro lado, Alberto Espínola, que viene en picada en su rendimiento, en sus inicios con la casaca azulgrana fue muy admirado y querido, hasta llegó a ser importante en la selección nacional, hoy es resistido hasta cuando hace una buena jugada, quizás le haga bien salir del ciclón para relanzarse, es cierto, ya no gozará en el fútbol paraguayo de todas las prerrogativas que tuvo en el ciclón, pero todo en la vida tiene un comienzo y un final.
Así también, Daniel Rivas, el canterano que cansó al soberano azulgrana, fue de los pocos jugadores que tuvieron tantas chances de acomodarse en un plantel, su estilo de juego y errores es casi igual al de Gabriel Báez, al comienzo del juego pinta que va ser la figura de la cancha; sin embargo, después parece que tiene un miedo escénico y se pierde en errores infantiles que generalmente lo dejan en evidencia notoria.
Por último, Antonio Galeano, que nunca fue ni pisca de lo que se esperaba de él, fue un pedido especial del extécnico azulgrana, Francisco Arce, al que no correspondió con talento y buen fútbol, no se recuerda un enorme partido del delantero para al menos vivir de ese recuerdo, como si lo hicieron otros hoy muy cuestionados jugadores como Claudio Aquino, Rafael Carrascal, Federico Carrizo o el mismo Ángel Lucena, todos estos tuvieron su momento de esplendor con la casaca, no así el extremo.